Inicia a los peques en el compostaje

¿Te gustaría compostar pero…? Te da pereza. Una buena técnica es implicar a amigos, familia o… los peques de la casa. ¿Por qué no? Los niños siempre se muestran entusiastas en todo lo nuevo.

Para que sea más llevadero, puedes iniciarles explicándoles un cuento. Por ejemplo, el cuente de: simon

Simón, el caracol y el compostador de jardín

Había una vez un caracol muy campechano, que se llamaba Simón, que se pasaba el día de hoja en hoja, comiendo ahora un poco de aquí, ahora un poco de allà. Se conocía todos los rincones del jardín donde vivía, y había dejado su rastro plateado en todas las plantas, árboles y arbustos. De hecho, los había probado todos. Algunos le gustaban más y otros le gustaban menos, pero, en general, todo le iba bien.
Un buen día, todo cambió. En el jardín había más movimiento de lo habitual y, de repente, un objeto enorme – ¡por lo menos para él era enorme! – apareció en uno de los rincones más alejados del jardín, justo bajo el limonero. Al principio, el caracol Simón no hizo demasiado caso, ya que estaba bastante acostumbrado a que los humanos le llenasen el jardín con todo tipo de utensilios extraños y desconocidos que, para él, muchas veces, eran sumamente peligrosos. (…)

Lee el resto del cuento.

Compostaje: la importancia de la mezcla

Cuando compostamos, siempre hay que mezclar los restos que se depositan. No hay que hacer capas de materiales frescos y húmedos o capas de materiales secos intercaladas, es decir, tiene que verse todo bien mezclado. Esto no significa que sea necesario remover cada día, si no sólo cuando se deposita una cantidad significante de un mismo material, como por ejemplo el césped cortado o un montón de hojas secas. El  aireador es el mejor instrumento para remover. RESTES

Ahora bien, si lo que se desea es aproximarse a la perfección para conseguir un compost equilibrado y de calidad, conviene mezclar la misma cantidad de restos húmedos ricos en nitrógeno “verde” (restos de cocina, hojas verdes, césped recién cortado, plantas del huerto o jardín, etc.) que de restos secos ricos en carbono “marrón” (hojas secas, paja, serrín, ramas trituradas, piñas, etc.).

Pero debido a que la producción de unos restos determinados en una época del año u otra varía, no es necesario estar pendiente de mantener la proporción exacta. Eso sí, habrá que guardar hoja seca en un pequeño almacén o cajón cuando tengamos un exceso para cuando no tengamos (por ejemplo, en verano).

Si se depositan cada día pequeñas cantidades de materia orgánica, basta con mezclar los restos dentro del compostador una vez por semana y sólo por la capa superior donde se hayan depositado los últimos restos. Una buena forma de remover los restos podría ser, por ejemplo, con un aireador o bien con un horca para airear los restos.